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Les presento a Malme, uno de los personajes principales de esta historia...

" Malme había cumplido ya los 45 años, de contextura delgada y fibrosa, tenía el encanto a flor de piel, la sonrisa contagiosa y una mirada de niño tierno con un gran poder de convicción.
Desde muy temprana edad había aprendido el arte del Tarot, estableciendo una conexión profunda con cada uno de los consultantes; lo primordial en él era ayudar a las personas, decía que todo tenía solución y estaba al alcance de la mano, solo había que tener el propósito de lograrlo. 
Con los años, fue acrecentando el grado de videncia heredado de su abuela materna y de su madre, a tal punto que no necesitaba del Tarot para predecir acontecimientos. Según sus palabras, las cartas eran un mero instrumento que orientaba, ya que la respuesta, bajaba por un canal de conexión personal que le hacía erizar la piel, y a veces disentía totalmente con ellas. Su percepción jamás se equivocaba.
Poseía el don de la palabra, las personas podían escucharlo durante horas sin cansarse, era el centro de todas las reuniones, tenía luz,  magia.
Como todo caballo de fuego, mostraba una personalidad indomable y una convicción inquebrantable; la nobleza del animal y la furia del elemento.
Había decidido estudiar Counseling y repartía su tiempo entre el estudio, el trabajo, las tareas de la casa y el amor de su vida. 
Caminaba tranquilo recorriendo las cinco cuadras que separaban su casa de la parada de colectivos; ya era tarde y Alex debía estar preparando la cena; hoy tenía una buena noticia..."

"La puerta se cerró detrás de Malme dejando fuera el viento frío, la casa estaba iluminada por una tenue luz amarillenta proveniente de la habitación. Las llaves hicieron ruido al caer sobre la mesa del comedor -¡Alex, ya llegué!, llamó Dorothy, quiere que la llames.
La urgencia fisiológica hizo olvidar por un momento la inquietud, se lavó las manos y en un acto reflejo se sacudió el flequillo peinándose con los dedos frente al espejo."

"Alex estaba sentado en la cama, apoyado contra el respaldo de algarrobo; los brazos tendidos a ambos lados del cuerpo, la cabeza caída sobre el pecho y la respiración era casi imperceptible.
- Alex, vamos ¡despertá!. ¡Alex! - dijo Malme - le tocó suavemente el hombro y su cuerpo cayó de lado como un peso muerto; la inquietud se transformó en desesperación..."

                                                                  Extraído de AKASHA - Capítulo 2 " S.O.S."